Se denomina habitualmente Ilustración o Siglo de las luces a la corriente intelectual de pensamiento que dominó Europa y en especial Francia e Inglaterra (donde tuvo su expresión más enérgica) durante casi todo el siglo XVIII y que abarca desde el Racionalismo y el Empirismo del siglo XVII hasta la Revolución Industrial del siglo XVIII, la Revolución Francesa y el Liberalismo. La expresión estética de este movimiento intelectual se denominará Neoclasicismo. Es un movimiento cultural que tuvo una gran influencia tanto en el aspecto económico, político como en el social. La islustración en canarias:
La ilustración de canarias en el siglo XVIII
El puerto durante el siglo XVIII:
El siglo XVIII supuso para el puerto el momento de su asentamiento y mejora. Hasta entonces, Santa Cruz era considerada como el puerto de La Laguna; en el siglo XVIII este puerto pasó de ser un lugar de paso hacia el interior a convertirse en un importante centro de transacciones comerciales. Fue considerado como un verdadero puerto comercial en la manera en que lo era el puerto de la Orotava y que lo había sido en siglos anteriores el de Garachico, arruinado tras la erupción volcánica de 1706.
- Las mejoras en las comunicaciones interiores: salvaban en parte las dificultades de traslado de los productos de exportación desde el norte de la isla.
- La instalación permanente de los capitanes generales en Santa Cruz: fue una de las razones del constante impulso que durante todo el siglo XVIII se destinó a la infraestructura para la mejora del puerto.
- el nacimiento de una pequeña clase burguesa-comercial. a la sombra del tráfico marítimo
La Ilustración alcanzó también los territorios extrapeninsulares, como en el caso de Canarias, donde arraigaría con notable vigor. También aquí la expansión de las corrientes ilustradas ha de ponerse en relación con las tertulias, particularmente con la celebrada en casa de Tomás Lino de Nava, quinto marqués de Villanueva del Prado, en su palacio de La Laguna, o con la desarrollada en casa de los Iriarte en Puerto de la Cruz, a la que concurrían hombres como el periodista José Clavijo y Fajardo y el científico Agustín de Betancourt, aunque todos ellos abandonarían pronto el archipiélago para instalarse en la Corte. José Viera y Clavijo también dejaría Canarias para acompañar al joven marqués de Santa Cruz por Europa (legándonos como testimonio su crónica Viajes a Francia, Flandes, Italia y Alemania por los años de 1777 a 1781, publicados en 1849), pero más tarde se reintegraría a su tierra natal para hacerla objeto de estudio en su Historia Natural de las Islas Canarias (1772-1783). La llama de la Ilustración, pese a tanta ausencia, sería mantenida por los socios de las Sociedades Económicas de Las Palmas (fundada por el obispo Juan Bautista Servera y cuyo principal impulsor sería el propio Viera y Clavijo) y La Laguna, fundada por el mencionado marqués de Villanueva del Prado y seguida posteriormente por su hijo, Alonso de Nava, quien además se ocuparía de dejar por escrito sus ideas agronómicas y de fundar y dirigir durante más de cuarenta años el Jardín Botánico de la Orotava, centro de aclimatación de plantas tropicales.
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